jueves, 2 de mayo de 2013

SOLA… EN LA PLANA Y…EN LOS KILÓMETROS VERTICALES

En la soledad experimento sensaciones que me da miedo atravesar. Quizá sea sólo eso…soledad. Cuando estoy acompañada, me siento más segura, porque sola no estoy siquiera conmigo misma...

¿Qué me quiere decir mi ojo izquierdo con una contracción constante? Quizá…te exiges demasiado, Bea. Quizá… necesitas dejarte descansar.
Por el momento no sé muy bien cómo interpretar sus señales. Al menos sé, que desde que empecé con el inglés a alta intensidad, he dejado poco espacio a la niña que me habita, que necesita límites, atención y cuidado, pero… a veces la dejo sola y…sola se siente.  

El dichoso inglés que antes fue CAP, que antes fue CURSO de 100 cosas distintas, que antes fue OPOSICIÓN, que antes fue CATALAÁN, que antes fue CARRERA DE 5 AÑOS, que antes fue BACHILLERATO, que antes fue cada uno de los EXÁMENES, que antes fue trabajo…que no termina nunca de ser NADA. Es como la sensación de ESTAR TODA LA VIDA CORRIENDO DETRÁS DE ALGO, QUE NUNCA LOGRO ALCANZAR. Pienso y…siento que es más bonito el trabajo diario dentro de unas condiciones un poco más estables. El carácter nómada está bien, pero…tiene sus consecuencias.
A veces…no sé qué me pasa. A veces corro, a veces huyo, a veces…hago lo que sea por no entrar en contacto conmigo, no sea que lo que me tenga que decir…no termine de gustarme.

¿Qué es, ojito? Es exigencia Bea, constante y continua. El trabajo está bien y la constancia también, pero mejor si lo alternas con ratos para ti, para esa niña, de la que quieres ser madre… Ya te entiendo ojito…siempre has estado llorando, de una manera o de otra, es tu forma de comunicarte conmigo. Antes, se llamaba miopía.  Ahora que ya puedes ver, te expresas con el tic…sólo querías llorar, pobre mio y…el ritmo al que te llevo…no te deja.” Con las lágrimas se van cosas” les digo a los chavales - eso espero porque, he estado un tiempo sin limpiarme a ese nivel.
Rápido, con el 100% de ti, sin espacio para pensamientos alienante, sin tiempo para tus necesidades. Ni siquiera las básicas, a veces…ni eso. Una hora detrás de la otra,  a cada minuto una nueva situación a la que responder y cuídate de que sea… con garantías de éxito.
El instituto…es así. Como un kilómetro vertical, en el que cuando llegas a la cumbre, no puedes llorar, porque ya…no te quedan fuerzas. Es de intensidad anaeróbica y cuando entras por la puerta de casa, después de ocho horas y te dispones a respirar, una bofetada de realidad te recuerda que algo te ha quedado por hacer…lo más importante. Cuidar de ti.
Algo como respirar, como ir al aseo tranquila…algo como parar a escucharte, a notar lo que sientes, a desahogarte aunque sea, sólo un poco. Detengo mis pasos y me noto enfadada, sobre todo con aquellos de los que espero comprensión y no levantan la vista.
 
Pasaré el fin de semana sola, con mi ojito y también conmigo que…estoy en el grupo de esos que están más en fiestas que en obligaciones, al menos…las morales.

Foto del comienzo de la oposición. Estamos y seguimos... las de siempre.